Si trabajas desde casa, es fácil sumergirse en el trabajo y perder de vista el panorama general. Si intentas equilibrar tu vida laboral con otros aspectos importantes de la vida -como la familia o los amigos-, puede ser útil establecer sistemas.
En este articulo te daremos cinco consejos que puedes implementar fácilmente y te pueden ayudar a desconectar del trabajo cuando terminas tu jornada laboral remota.
Primero: Crea un ritual de cierre de sesión
Para evitar volver a sumergirte en el trabajo después de desconectar, crea un ritual de desconexión.
Puede ser cambiarte de ropa y ponerte algo más cómodo, calzarte unas zapatillas, darte una ducha o, simplemente, sentarte en el sofá. Este sencillo gesto ayudará a tu mente a pasar de un escenario a otro.
Segundo: Establece límites claros para ti y para los demás
Establecer límites claros para ti y para los demás es lo más importante que puedes hacer. Tienes que ser capaz de separarte del trabajo para que, no pienses en él ni te preocupes.
Establecer límites claros para ti y para los demás es lo más importante que puedes hacer. Tienes que ser capaz de separarte del trabajo totalmente para que puedas descansar.
Limites para ti y los demás
- Sé organizado con tu tiempo. De esta forma cuando salgas de trabajar no debas pensar en tareas pendientes por realizar o hacer trabajo fuera del horario establecido.
- Cuando estés fuera debes decirle no a los correos electrónicos, mensajes de texto y llamadas del trabajo.
- Valora el tiempo en familia y con amigos sin distracciones del trabajo.
Tercero: desarrolla un hobby «analógico»
Después de pasar el día frente a la pantalla, cambiar de estímulo es clave. Prueba con actividades que no requieran tecnología: leer un libro en papel, cocinar una receta nueva, escribir a mano, hacer un puzzle o practicar manualidades. Te ayudarán a relajarte y reconectar contigo fuera del modo “productividad”.
Cuarto: practica ejercicio físico regularmente
El ejercicio físico es uno de los mejores aliados para desconectar mentalmente. No necesitas una hora en el gimnasio: una clase corta de yoga, una sesión de estiramientos, o simplemente bailar tu playlist favorita durante 15 minutos pueden ayudarte a liberar tensiones y pasar el chip de trabajo a ocio.
Quinto: desactiva todas tus notificaciones
Uno de los errores más comunes del trabajo remoto es estar siempre disponible. Pon límites: silencia notificaciones laborales cuando termine tu jornada, cierra las pestañas del correo y considera usar un segundo dispositivo o perfil para lo profesional. Recuerda: estar desconectado también es parte del rendimiento sostenible.
Conclusión
Desconectar cuando trabajas en remoto no ocurre por arte de magia: es una práctica consciente que requiere límites, rutinas y autocuidado. Si implementas alguna de estas ideas, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán. Y sí, también tu productividad a largo plazo.